Aquella tarde charlaba con mi hijo Santiago.
Con sus cuatro años de edad se manifestaba inquieto por su porvenir. Yo no podía ser indiferente a la cuestión.
– Y al final qué vas a hacer cuando seas grande ?
– Me parece que voy a ser como Román. Quiero ser jugador de Boca.
– Ahhh… Querés ser jugador de fútbol.
– Sí. Y hacer goles como Palermo.
– Pero… si no recuerdo mal, la semana pasada me habías dicho que querías ser bombero. Claro… después que te subiste en la autobomba que estaba en la plaza.
– Sí…. También quiero ser bombero, Y carpintero. Y armar juguetes de madera.
– Bueno… No es poco. Y capaz que se te olvidó algo más.
– Bueno… Lo que pasa es que yo quiero ser TODISTA.