Paraje de la Comunidad Aigo, Ruca Choroi tiene lo suyo.
Un lago, no de los grandes, pero maravilloso. Donde la luna platea sus aguas en las noches neuquinas. Y por todos lados, bosques de araucaria. Y sobre todo, su gente, con sus modos tan peculiares de hablar. Y de callar.
En el paraje hay dos grupos de monjas. Las de abajo y las de arriba. Las de arriba, las hermanitas de Jesús, viven en un ranchito de adobe.
Contemplativas, que le dicen. Aunque no le hacen asco a nada. Algunos les cuestionan la contemplación. Aunque a varios de los cuestionadores no les sobra nada de ejecutividad. Las de abajo son de María Auxiliadora, usan hábito, y entre otras cosas pilotean la Radio Comunitaria.
La cosa es que la Radio Comunitaria se había incorporado al paisaje del lugar.
Pasada la novedad, claro está, los pobladores naturalizaron su presencia y la aprovecharon de diversas maneras. Las auxiliadoras al principio no entendían demasiado pero de a poco le fueron tomando la mano al fierrito. Y de a poco también algunos pobladores pasaron a formar parte del elenco estable
radiofónico del paraje.
De repente, lo intempestivo. La radio comunitaria se incendió. Las hipótesis fueron variadas. Algunos aventuraron que fue un daño que mandaron los pentecostales para atacarle a la competencia, otros que un cortocircuito, porque siempre hay un cortocircuitoi para explicar todo incendio. Es más o menos como el diagnóstico de paro cardiocirculatorio con que muchos médicos disfrazan su ignorancia ante la causa de muerte desconocida. No faltó el que dijera que posiblemente la mandaron quemar porque el gobierno quería poner otra oficial, como para homogeneizar que le dicen. Bien cálida la homogeinizada gobernante, que le dicen.
Lo real es que no se realizó el diagnóstico oficial de incendio. Las autoridades competentes optaron por el silencio, promoviendo las especulaciones comjunitarias al respecto. Promovedoras las autoridades, al menos en este sentido.
Fue entonces que se acercó al lugar Don Santiago Pellao. Frente a las ruinas aún humeantes, armó cara de preocupación. Conocido Don Santiago Pellao cuando se preocupa. Apoya la barbilla en su mano derecha, el codo derecho en la palma de la mano izquierda, se queda pensativo un rato y al final algo dice. El tema es que hay que estar atento, porque dice una sola vez y fue. Si lo escucharon , bien, y sinó, también. Se manda a callar hasta el próximo incendio comunitario. O lo que fuera.
Y en esta oportunidad el comentario fue:
– Esto es un atraso hermanita….Porque sin radio todos quedamos calladitos